Hay putos fashion de milenio, putos calabazas de Caraza, putos de clase media, medios putos, putos del todo y zarpados de puto. Putos de corso, de cotillón, putos con sueños de escaleras de Maipo, putos de barsuchos maricones imperios del playback. Putos inteligentes, descerebrados, osos, gatos, gordos como chanchos, putos gansos. Zoológico de trolazos, containner de maracaibos, cóctel explosivo de maricas repartidos por las calles, en el cielo viajando en aviones de primera clase y putos viajando apretujados en colectivos a ras de tierra. Y hay putos huecos, mononeuronales. Con p de profundos, de pedantes, de pedorros, de princesas delirantes, con p de pijudos, p de poetas. Y están los pasivos, los activos y los novedosos versátiles. Putos progres, zurdos y fascistas. Lindos, feos, vestidos en Zara y en La Salada. Flogger-blogger-troler en la costanera andando con sus rollers. Modernas cibernéticas, de tarde de novelas y de danzas macumberas. Putos de cine porno, de bibliotecas, de Angels y de Amerika. De dance rave party pastilleros y de ácido lisérgico, maracas zurdos porreros y maracas duraznos de merca.
Pero no sólo hay putos en este mundo. No estamos solos. Estamos hermanados con las tortas, por ejemplo, pero no de cumpleaños. Hay tortas brandon de jean chupin caído a la cadera pelo corto despeinado y me visto con lo primero que encuentro, aunque me lo programé bien programado. Tortas con jeans de macho gordas como tanques australianos que se acomodan el choto fantasma, las tortas refinadas que se tiran a la almeja en marea alta o marea baja como las mejores. Tortas bosteras, profesoras de educación física, camioneras con el 1114 estacionado en la tapuer, las de Palermo Hollywood y las de La Matanza. Las que son periodistas, literatas, taxistas, repositoras y las tortas que dan más miedo que son las torras cana.
Y así, me quedo corta, de todo como en botica: travestis, trans, hermafroditas, trogloditas, tapados, asfixiados en el ropero ahora denominado closet que es más fino, bisexuales, asexuados, putones verbeneros...
Somos seres individuales aunque ciertas características puedan agruparnos, enguetarnos y hacernos parecer sin ser, muchas veces del más idéntico y profundo palo. Sí, de ser y parecer estoy hablando. Cuánto de realidad, cuánto de teatro, puro teatro como sabe cantar como nadie la Lupe que nos resuena a todas las maricuecas cascabelonas en las películas de Almódovar. Shakespeare, otro del palo, hizo salir de la boca apasionada de Hamlet, calavera en mano aquello de “‘Ser o no ser, esa es la cuestión”.
Y yo ahora reflexiono, flexiono, flatuciono y me pregunto de puto profundo que me hago (porque una a la final tiene sentimientos): Parecer o no parecer... ésa es la cuestión.
ESTE TEXTO PERTENECE A NATY MENSTRUAL (FOTO), EL CUAL ME GUSTO MUCHO DEBIDO A QUE ILUSTRA UN POCO A TODOS LOS GAYS Y LESBIANAS ESPERO LES GUSTE